martes, 9 de octubre de 2007

¿Una Comunitat Valenciana para todos? Parte I


Durante los últimos años, la Comunitat Valenciana se ha caracterizado por realizar obras faraónicas, en la creencia, desde las más altas instancias, que ello repercutiría en una mayor riqueza económica a la vez que haría mundialmente famosa a Valencia; hecho que en teoría, debería ser grato en el ciudadano de a pie. ¿Pero esto es así?

En plena efervescencia y desvelo de otro caso más de corrupción desde la administración como es Terra Mítica (¿Malversación de fondos públicos?? Cómo osas decir eso!! Que los terrenos donde se construyó TM fueran propiedad del entonces presi Zaplana y familiares, un terreno más árido que el Sahara, y que casualmente se construyó tras que unos pirómanos le prendieran fuego al bosque que acogía, no tiene ninguna relación!!) uno ya no es capaz sino de mirar atrás ante todas las promesas de buena fe del ejecutivo que gobierna la Comunitat.

La Ciudad de las Ciencias, buque insignia de la estética valenciana, se ha convertido en una burda ilusión donde lo que se observa no es la joya sino el cristal que lo protege. El complejo no es sino un bonito conjunto de edificios, muy cool, eso sí, que ha costado 3 veces más de lo presupuestado, y que, qué casualidad, el ilustre Sr. Calatrava, es quien ordenaba los sobrecostes ... y quien los cobraba. El gallifante del día se lo daremos a aquél que recuerde 2 conceptos interesantes del Museo Príncipe Felipe, y no se quede en aquello del, ¡pues es bonito, oye! . Es un proyecto para Valencia, claro que sí, pero sólo tienes que pagar 18 eurazos si quieres entrar en l'Oceanogràfic, lo más interesante por aquello de los pingüinos, los osos, y tal...

Pero todo tiene su lado positivo: Cuando los guiris piensen en Valencia, dirán :Paella, Fallas y Calatrava.

En el próximo capítulo, haremos un bonito repaso a la F1 y Valencia.

Buenas noches, y buena suerte.

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