Que nos dejen

Mientras los demás vamos a paso de caracol, Cataluña, como siempre, avanza. Avanza para responder a las necesidades de sus ciudadanos y garantizarles un mayor y mejor cumplimiento de sus derechos.

Uno de sus últimos avances es una ley que “pretende acabar con la discrecionalidad de los ayuntamientos a la hora de autorizar la apertura de espacios de culto”, es decir, una ley que garantiza que la autorización para abrir estos lugares esté sujeta a criterios objetivos.

Se trata de algo necesario, pues además de evitar que lugares de culto como son los musulmanes resultasen muchas veces discriminados por el rechazo vecinal y de los propios ayuntamientos, la ley garantizará unas medidas de seguridad y salubridad mínimas en estos sitios.

Pero claro, la Iglesia católica no puede consentir esto. ¿Cómo iba a permitir que el resto de confesiones tuviesen las mismas oportunidades que ella? Así que ya la tenemos indignada otra vez por el tratamiento igualitario que la ley supondría.

A la gente normal le gusta la igualdad, algunas personas incluso luchamos por ella. Pero la Iglesia parece que no acaba de aceptar las reglas del juego.

En el fondo, a mí qué más me da lo que piense la Iglesia, la ley es la ley y tendrá que acatarla, como todo el mundo. Pero me molesta terriblemente ese anclaje en el pasado que tiene (que si fuera por ella estaríamos aún en la Edad Media), ese poco esfuerzo que hace por adaptarse y por avanzar, esa ceguera que le impide ver que los tiempos han cambiado!!!

Y, si resulta que decide quedarse estancada, que lo haga, pero que nos deje a los demás. Que nos deje vivir, avanzar, progresar. Que ya está bien de que todo le parezca mal.

[A raíz de "La Iglesia rechaza la ley catalana que protege las mezquitas" publicado ayer 23 de noviembre en elpais.com]