miércoles, 28 de noviembre de 2007

¿Derecho a la vida o a vivir tu vida?


Inevitablemente, ante el excelente post de mi compañera lío, no he podido reprimir expresar mi posición.

Me resulta paradójico que, ante las implicaciones morales de la experimentación con células madre, surja la polémica del derecho potencial a la vida, condenando a millones de personas a sufrir, no por una incapacidad técnica de la ciencia, sino por un asunto sectaria-moral.

Realmente, entiendo que a la Ciencia le han faltado agallas para continuar con su loable tarea investigadora, no habiendo plantando cara a la Iglesia (fundamentalmente). Por ejemplo, en Israel, al no tener consideraciones de embrión-vida como la Iglesia Católica (Por favor, explíquenme cómo han llegado a la conclusión de que la perfusión sanguínea = Vida), la experimentación con células madres de embrión no suponen ningún problema, y es precisamente en este país donde se están consiguiendo grandes avances en la materia; mientras tanto, en el resto de países se celebra con júbilo el descubrimiento de la obtención de células madres a partir de cels de la piel (ya se clasifican de merecedores de Premio Nobel), siendo un proceso que requerirá mucho más tiempo de investigación, y previsiblemente más peligroso. Pero claro, al menos es una manera de rodear el tema tabú (y ahí están los republicanos norteamericanos financiando estos proyectos)

Y todo este movimiento alrededor del derecho a la vida me lleva a pensar que puede que no sea tan importante tener una vida como poder mejorar la calidad de vida, cubriendo otros aspectos como el preservativo, el aborto o la eutanasia. Personalmente, considero más valiosa la vida de aquél que sufre y padece con su enfermedad que un proyecto de vida etéreo, insensible e inconsciente que aún no es una realidad.

No hay mayor satisfacción que una madre tenga a su hijo en el momento deseado, pudiéndole dar todo lo que necesite a que, forzosamente tenga que tenerlo y darle una vida pésima (e incluso darlo en adopción). No sería sino un éxito de la sociedad de hoy que se consiguiera curar a un enfermo de Alzheimer o que un amigo pueda levantarse de la silla de ruedas gracias a una nueva mentalidad.

La ciencia, manteniendo su bioética, debe librarse de ciertos pensamientos que no tienen por qué ser el único ni "correcto", y buscar el beneficio de la sociedad. Ya han sido demasiados siglos bailando al son del Botafumeiro. Los que hoy pueden ser imputados, mañana serán recordados.

Buenas noches y buena suerte.

No hay comentarios: