domingo, 23 de diciembre de 2007

Vamos llegando

Después de unos días de intenso trabajo, he tenido la oportunidad estos días, ya más relajado, de leer noticias que cuanto menos son curiosas. Destacan, por su similitud y a la ver por sus diferencias dos de ellas.

La primera de ellas es la de un pensionista alemán que enseñó a su perro a hacer el saludo nazi cada vez que le decían Heil Hitler! y que por ello tendrá que pasar cinco meses en prisión. El tipo, que puso al perro el nombre de Adolf, pretendía burlar las estrictas leyes alemanas contra la apología del nazismo, pero el tiro le ha salido por la culata.


Por otra parte, nos encontramos con la situación española: Falangistas de distintas partes del país se reunieron ayer delante del monumento del primer español astronauta: Carrero Blanco, en Santoña. El anfitrión fue Leoncio Calle Pila, único concejal del falangismo “tradicional” en España. En su casa, junto a la camisa azul, guarda una escopeta de cinco tiros, con la que ha prometido defender la estatua al ex presidente franquista, amenazado por la Ley de Memoria Histórica. Si alguien intenta quitarlo o cambiarle su significado, tal como propone el PSOE, el edil ha advertido que habrá disparos.
No voy a hacer una crítica atroz del franquismo ni una defensa feroz de la memoria histórica; pero lo que resalta es el espíritu de otros países que, habiendo caído en la cuenta de su error, han sido capaces de resultar en una nueva actitud que donde no olvidan el pasado pero reniegan de esos absurdos principios; del derecho a equivocarse y de poder rectificar.

¿Cuánto tardaremos aquí?

Buenas noches y buena suerte.

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