jueves, 29 de mayo de 2008

Vergüenza, una vez más

Vergüenza me daría a mí formar parte de la Iglesia Católica. De una institución anclada en el pasado y que no tiene intención de caminar hacia el futuro. Una institución que, en lugar de tender la mano al diferente e intentar integrarlo, lucha visceralmente contra él. Que en vez de ponerse del lado de los que más necesitan de su ayuda, de los que menos posibilidades tienen, se pone del lado de los poderos. Que en vez de trabajar por la igualdad, ahonda en la desigualdad de una forma sospechosamente violenta.

Su última acción en esta dirección (que tarde o temprano ha de llevarla al desastre) ha sido excomulgar a las mujeres ordenadas sacerdotes y a quienes las ordenado.

Inconcebible que, a estas alturas, la Iglesia siga negando el poder a las mujeres y pretenda mantenerlas en el escalón más bajo de su jerarquía. Aún no se han dado cuenta de que el mundo funciona gracias a nosotras...

Pero, más sorprendente aún es que las mujeres se sometan o que, simplemente, formen parte de una institución que no las valora, al contrario, las desprecia y las considera de menor valía que los hombres.


Si fuera católica, me lo pensaría dos veces.


[A raíz de: El Vaticano establece la excomunión automática para las mujeres sacerdotes, publicado hoy en elpaís.com]

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias lío

Anónimo dijo...

muy orgulloso me encuentro yo de formar parte de ella. respetad un poco más al prójimo...

lío dijo...

Yo respetaré a la iglesia el día en que ella respete a los que piensan distinto a ella. Porque aprovechan cualquier oportunidad (desde un entierro a una boda) para cargar con desprecio contra los que no piensan como ellos.

Y si tan orgulloso te sientes, espero no conocerte.

Anónimo dijo...

Te aseguro,lío, que la Iglesia respeta mucho más a los que no piensan como ella que al revés.
Independientemente de eso, respecto a lo del sacerdocio de las mujeres(aunque se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida)sería conveniente informarse antes de hablar, porque al no saber, se dicen incongruencias.