
No es sino en estos gestos en los que un país demuestra su altura, quizás no económica, pero sí moral, mostrando una voluntad que tanto bien haría; una voluntad que podría cambiar verdaderamente el mundo.
Lástima que la inercia del momento que motive a otros caiga en el olvido. Estamos primeros en un ranking del que deberíamos estar orgullosos.
Buenas noches y buena suerte.
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