Hace unos días leí no sé dónde que el 70% de las obras del circuito urbano de fórmula 1 en Valencia ya estaban terminadas. De ser cierto eso me sorprende tanta celeridad por parte de las autoridades valencianas del PP, que llevaban el circuito como baza (con chantaje de Ecclestone incluido) a unas elecciones que, recordemos, fueron hace diez meses!!
Sería estupendo que ésta fuese la tónica general de las administraciones del PP, pero parece ser que no todos los proyectos les interesan por igual, que hay unos que urgen más que otros (me pregunto por qué, ¿será porque les dan más beneficios económicos?). Ejemplo de ello es el plan de la muralla árabe en el casco antiguo de Valencia, presentado por la Generalitat en 2003 y que se encuentra totalmente estancado.
Y, de nuevo, me pregunto por qué. Porque yo sé que a muchos valencianos que no van a obtener ningún beneficio se les llena la boca diciendo que la F1 va a ser buena para la ciudad, que va a traer dinero y proyección internacional. Lo cual me parece estupendo. Pero es que resulta que la rehabilitación de la muralla y la dinamización del barrio va a tener los mismos resultados o incluso más!!
Sí, sé que parece increible, pero pensemos en qué supondría. Supondría mejorar la calidad de las viviendas de la zona, que están que se caen; dinamizar el comercio; poder contar con los espacios públicos planeados y recuperar un bien cultural que (ojo al dato) también puede traer turismo a Valencia.
Pero claro, este plan tiene un gran problema, da beneficios a los vecinos de la zona, de la ciudad, a la gente normal que tiene sus comercios y vive allí. No supone ninguna gran inversión para los amiguetes de Camps.
Lo lleva crudo entonces...
[A raíz de: La muralla árabe, entre la ruina y el olvido. Publicado hoy en El País.]