Y se pudo decir que no defraudó. Zapatero se mostró en su tónica habitual, con la posición y rigor desde la responsabilidad de un presidente del gobierno, mostrando datos, exponiendo logros de la legislatura y con un tono mantenido que muchos critican; pero una actitud violentada no haría sino mostrar a un Zapatero que nadie reconocería. No sería él. Pero, quizás por el formato del primer debate, donde Rajoy iniciaba turno, daba la sensación de que el primero atacaba y él se defendía. Es un aspecto que se solventará en el segundo debate. Sin embargo, ofreció un alegato final digno de un presidente. Uno de los mejores discursos que he escuchado en mucho tiempo: “No puedo prometer que todas las personas tengan éxito en su vida pero sí me puedo comprometer para que todas las personas tengan las mismas oportunidades para tener éxito. Y aquellos que no lo alcancen tendrán siempre el amparo de nuestro país”
Sin embargo, realmente el que me sorprendió fue Rajoy. Y no por lo que dijera, sino por su actitud. Agresiva y sin escrúpulos, supo vender lo poco que tenía. Se ganaría seguramente a aquellos que se fijara en las formas y no en los contenidos. Porque los contenidos daban auténtica pena, pues no fueron sino el uso partidista del terrorismo y en un discurso xenófobo sobre la inmigración.
Si bien aquellos que tenían un hilo de esperanza en que el arrinconamiento a la sombra de Acebes y Zaplana fuera un primer paso para dejar su carrera sin fin a la ignominia, parece que tras 4 años bombardeando a la sociedad española con su funesto y pérfido mensaje del terrorismo y su utilización política no eran suficientes. Y volvió a usar a los muertos como rédito político. No se puede caer más bajo. Acusó al presidente de traicionar a las víctimas del terrorismo. ¿Qué ha hecho él por las víctimas del terrorismo? Mientras que Zapatero ha recibido a la AVT (con Alcaraz a la cabeza; militante del pp que acusa a Zapatero de que es “el embajador de ETA”), Rajoy no ha visitado ni una vez la asociación 11-M de Pilar Manjón. Su amiga Espe, como presidenta de la Comunidad de Madrid, ni los recibe ni los subvenciona ¿Cinismo? ¿Es que nadie se da cuenta de que está jugando con los sentimientos de los afectados?¿Nadie se da cuenta de que lo único que les importa es sumar un voto? Son capaces de criticar a un hombre que se ha esforzado por buscar la paz mientras ellos buscan la confrontación. Han conseguido que piense que, realmente, lo único que querían era que el proceso fracasara. No podían permitir que Zapatero se convirtiera en el presidente que trajo definitivamente la paz a España. Que acabó con los asesinos. No se lo podían permitir.
Y como de la noche a la mañana, en su alegato final, pudimos ver la historia de la niñita de Rajoy. ¡Qué tierno! Volvía el Rajoy “bueno”. El que no acusaba. El que no usaba a los muertos. El cuentacuentos.
Parece que al lobo con piel de cordero el traje le está pequeño. Todo el mundo sigue sabiendo que es lobo.
Buenas noches y buena suerte.